Por el edificio ubicado en Tucumán y Zavalla pasaron más de 250 secuestrados entre 1976 y 1983.
Hoy es un espacio para recordar el horror y decir "nunca más".
"Acá me trajeron de noche, encapuchada, en el baúl de un auto"
recuerda Anatilde Bugna, parada en la celda que ocupó.
"Volver hoy a este lugar es recuperar una historia y seguir luchando para que lo vea todo el mundo, para que las nuevas generaciones sepan lo que pasó, que es lo que nosotros